La serie Childhood nace de una búsqueda: pintar como lo hacíamos cuando éramos niños. Sin tabúes ni premisas, sin censura ni ideas preconcebidas. Recuperar aquella energía primera en la que la abstracción surgía de forma natural, como un lenguaje inmediato y sin filtros.
Esa valentía y libre albedrío infantil inspiran obras intensas, sorprendentes y profundamente personales. En ellas conviven técnicas y materiales diversos —acrílicos, óleo en barra, aerosol, grafito, tinta— aplicados sobre tela cruda montada en bastidor.
El resultado son composiciones que, desde la aparente espontaneidad, generan una caótica armonía visual. Pinturas que remiten a la libertad creativa de la infancia, pero que se despliegan con la madurez de una investigación pictórica consciente.