La serie Reflexes (Reflejos) explora el juego entre lo visible y lo intangible, entre la imagen directa y su eco. Un reflejo nunca es una copia fiel: es una distorsión, una fuga, una apariencia que revela tanto como oculta.
No se trata de representar un objeto ni de fijar una imagen, sino de capturar la experiencia misma de mirar a través de reflejos cambiantes. El ojo se pierde entre transparencias y reverberaciones, en un espacio donde lo real y lo ilusorio conviven en equilibrio inestable.
Reflexes propone una pintura que no se mira de frente, sino en desvío. Una invitación a dejarse llevar por aquello que se escapa, por lo que se refleja y al mismo tiempo se desvanece.